miércoles, 30 de octubre de 2013

La NASA revela una inusual calma en los cielos de la Tierra el día después de la Jornada de oración del Papa Francisco

La Tierra es inquieta y dinámica por naturaleza: en un día cualquiera, hay un ciclón, una depresión tropical o una gran tormenta en algún lugar del globo. Pero el 8 de septiembre, por un momento, los cielos de todos los océanos aparecieron relativa y extrañamente tranquilos Imágenes 1 La inusual forografía difundida por la NASA del 8 de septiembre Noticias relacionadas La Iglesia, un clamor contra la guerra en Siria: Francisco pone a cristianos (y no cristianos) a rezar por la paz Juan Francisco Jiménez Jacinto A principios del mes de septiembre el Papa hacía una fuerte llamada por la paz en el contexto del conflicto en Siria y la posibilidad de una invasión extranjera liderada por Estados Unidos. Francisco ponía toda la maquinaria diplomática y religiosa que tiene en su abasto para conseguir que esa ofensiva militar no tuviera lugar –como hasta el momento así ha sido-. “Queremos un mundo de paz, queremos ser hombres y mujeres de paz. Queremos que en nuestra sociedad destrozada por divisiones y por conflictos, estalle la paz”. “Nunca más la guerra”, fue entonces el grito del Papa Francisco. El obispo de Roma decidió entonces convocar para toda la Iglesia el 7 de septiembre una jornada de ayuno y de oración “por la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero”, dijo el Papa Francisco a la hora del ángelus dominical. El Pontífice invitó a los hermanos cristianos no católicos así como a los pertenecientes a las demás religiones, a unirse a esta iniciativa según el modo que considerarán más oportuno. Y así fue: el 7 de septiembre millones de personas en el mundo se unieron desde las 19.00 y hasta las 24.00 en oración con el Santo Padre que estuvo arropado por miles de fieles cristianos en la Plaza de San Pedro. Se sumaron distintas confesiones de todo el mundo, líderes religiosos y cristianos católicos y no católicos. Al día siguiente paz armamentística…. y climatológica Al día siguiente de la jornada de ayuno y oración por la paz sucedió un hecho inaudito en la Tierra, un fenómeno extraño que los científicos observaron con sorpresa: el planeta estaba en absoluta calma (climatológicamente hablando). Casualidad o providencia el hecho está ahí, y después de la jornada y ayuno y oración por la paz que convocó el Papa Francisco el clima de la Tierra ofreció una de sus caras más amables. Y es que la Tierra es inquieta y dinámica por naturaleza. En un día cualquiera, hay un ciclón, una depresión tropical o una gran tormenta en algún lugar del globo. Pero el 8 de septiembre, por un momento, los cielos de todos los océanos aparecieron relativa y extrañamente tranquilos. Así se aprecia en la imagen que encabeza esta noticia, una composición de catorce pases de satélites polares compuesta ese día y que la NASA escogió como imagen del día. En el momento en el que pasaron los satélites, cerca del mediodía, no se produjeron huracanes, ciclones o tormentas tropicales en las cuencas del Atlántico, Pacífico u Océano Índico, una coincidencia relativamente rara en el apogeo de la temporada de huracanes o ciclones en el hemisferio norte. Eso sí, la imagen muestra una gran cobertura de nubes y tormentas más pequeñas. En el Pacífico oriental, los restos de la tormenta tropical Lorena rompían cerca de la península de Baja. En el Atlántico oriental, las piezas de una depresión tropical comenzaban a reunirse cerca de las islas de Cabo Verde. Al día siguiente, se formaba la tormenta tropical Humberto. Esa jornada de paz todavía sorprende más si se tiene en cuenta que en su reunión de mayo y agosto de 2013, el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. pronosticaba una probabilidad del 70% de una temporada “más activa de lo normal”, con 13 a 20 tormentas con nombre y 7 a 11 huracanes. Una temporada “normal” suele producir 12 tormentas nombradas, incluyendo 6 huracanes. A través de la segunda semana de septiembre (el punto medio de la temporada de huracanes en el Atlántico), se han producido nueve tormentas con nombre -lo que se ajusta a las predicciones-, pero sólo una alcanzó la categoría de huracán. El único huracán, Humberto, se observó el 11 de septiembre de 2013. A la espera de la tormenta perfecta, queda la imagen de un mundo que, por un rato y desde tan lejos, estuvo en paz. Fuente http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=27549

jueves, 3 de octubre de 2013

Fin de los Tiempos, Fin del Mundo

Bien, a ver: estos dos conceptos parecieran que se refieren a un mismo fenómeno pero no es así. En primer lugar las Escrituras hablan de "fin de los tiempos", no hacen referencia a un fin del mundo (por lo menos como fin del planeta). Cuando hablan de fin de los tiempos es una categoría escatológica inserta en la economía de la salvación, es decir que el mundo y la historia del hombre tiene un comienzo, un desarrollo y un fin. Su comienzo es Dios en la creación, su desarrollo es en el tiempo de la búsqueda de Dios, que se enmarca desde la expulsión del paraíso y la venida del Mesías, en que esa búsqueda de Dios se ve consumada con la Encarnación y luego con la muerte y resurrección de Cristo que inaugura un nuevo periodo que se denomina "últimos tiempos" que objetivamente comienza con la venida del Espíritu Santo en Pentecostés. Desde ese momento estamos en los últimos tiempos, es decir en el periodo de la consumación final de la obra de salvación operada en la historia y en la persona de Cristo y que se espera su Parusía o manifestación final al cerrarse este periodo. ¿Cuando será? Sólo Dios Padre conoce el momento. La idea de "fin de mundo" como cataclismo final y destrucción del planeta y el universo es una idea que muchos han sacado de una lectura simplista y literal del Apocalipsis, puesto que no se entiende que la categoría "mundo" especialmente en Juan se refiere principalmente a todo aquello que se opone a Cristo y no al globo terráqueo. Nuestros grandes enemigos son la "carne", el "demonio" y el "mundo" nos va a precisar San Pablo; la carne, o sea nuestra naturaleza caída, el demonio el tentador y padre de la mentira, y el mundo (sociedad) que no vive de acuerdo a la voluntad divina. Es por esto que no es idéntico hablar de fin de los tiempos que de fin de mundo. De hecho, en el Apocalipsis se habla de un nuevo cielo y una nueva tierra: (Apo 21,1) "Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido; y el mar no existía ya." Esto implica una señal de esperanza más que de fin de todo de manera irremediable, bueno habría mucho más por decir de estas categorías teológicas, pues hay otros matices que de momento se me escapan. Espero que te sirva. fuente: http://www.es.catholic.net/foros/viewtopic.php?f=95&t=11443